Entre dos
versos, surgió la herida
sangraba
como brotan
las fuentes de montaña
como corren
los potros en la pradera
como lloran
los niños,
cuando ya no
encuentran la teta que amamanta sus sueños.
Entre dos rosas,
fui golpeado
como hirieron a
Góngora las violetas,
y son tanto interrogantes
y tan pocas preguntas
como ninguna contestación
y tantas exclamaciones.
Era como pasear
y no andar,
quieto,
inmóvil,
la quietud de los
cernícalos, buscando su presa
y la pieza asustada.
La felicidad en
ocasiones consiste en un grano de arena
la tristeza
es aquella roca
grande, férrea, consistente
que te lleva.