Poema. Pura rutina.

Pura rutina.

Con la sutileza, que caen de mi árbol, sus hojas,

Acaricio tu boca,

Mordisqueo, aquellos pequeños rincones,

Que me convierten, en pez roca,

Dando vueltas en tu atolón,

Qué forma tu cuerpo, extendido en mi alcoba.

Solo, el que ha probado,

El rocio, de la desgracia

Sabe, cual es su efecto y sabor,

Por eso, dicen que la vida es maravillosa,

Hasta que termina,

Entonces se vuelve todo, pura rutina.

Poema. El tiempo, creo el Universo.

El tiempo, creó el Universo.

Abrir el Sol, con sus manos las nubes

Y dejar la mañana limpia.

Sobrevolar mis alas, tu cara,

Mi cuerpo, anclado en mi mirada.

Sentir el peso del Sol, en mis espaldas

Como el peso del corazón, en mi alma.

Reptar, como serpiente entre tus piernas,

Buscando la manzana, de tu boca.

Así, he pasado los años, mirando tu casa,

Yo, sentado en mi ventana,

Tú, abriendo tu puerta,

Tus ojos,

Tu boca,

Y tu mirada.

Tardé, tiempo en comprobar,

Que tu casa, tenía timbre,

Para llamarte, y decirte en voz baja,

Si éste Sol, un día nos cogiera con sus manos,

Nos llevara lejos,

Allá, donde empezó el tiempo

Y si ese tiempo, todavía estuviera quieto,

Nos contaría, su secreto,

Aquel que imaginó, para crear el cielo,

La tierra, el agua

Y puso mi corazón, cerca de los vuestros.

Aquel tiempo, que nos juntó,

De la misma manera, que nos separó.

El Tiempo,

Fue, quien creó, mi Universo,

Por eso Dios,

Siempre pide, fe y tiempo,

Si pide Tiempo,

Dios, no existe, por el momento.

Poema. Cara A y B de un viejo single.

Cara A y B de un viejo single.

  

   Cara A.

Dejarme un sitio, entre el barro,

Tengo el corazón cansado, el aliento dolorido

Y quiero estar, a vuestro lado,

 Para poder separar las piedras, con mis manos,

Quiero, apartar de vuestro cuerpo, los gusanos,

Quiero recuperar, el blanco de tus ojos,

El blanco, de tus huesos,

Con la precisión, de un cirujano

Y yo, delante de mi página en blanco,

Diseccionar, en palabras el poco espacio.

Dejarme un sitio, entre el polvo

Acurrucarme, mi frío estómago,

Repleto, de mariposas volando,

Buscando, un escape hacia mi costado,

Después del agujero, que me han hecho los años.

Dejarme un sitio en el agua,

Como nadan los peces, sin ocupar espacio,

Como invertebrado,

Que no quiero mover, un solo hueso

Para andar, soñar, amar o salir volando.

Dejarme,

Dejarme,

De... jar...jar...me,

De... ja…,

De... de... de… Punto final.

Cara B.

Hágamelo saber,

Si Usted, sigue interesada en mi.

Yo estoy, interesado en Usted.

Ese, es el letrero que he colocado en mi puerta,

Porque en mi corazón, no hay espacio.

Hágamelo saber, temprano,

No sea cuestión,

Que algún inquilino, le moleste mi anuncio

Y lo retire, con la precisión de un rayo,

Ya sabe Usted, como es la vida, en los patios.

Poema. Niebla.

Niebla

Si esta niebla, que nos envuelve,

Son tus brazos, encima de mis hombros.

Y en ellos, descansan.

Si esta lluvia, que me azota,

Son mis lágrimas, cuando tú, no estás.

Si esta humedad, me mantiene quieto,

Como las medusas, se adhieren a la mar.

Si todos los elementos de la Naturaleza,

Sobrevuelan mi cabeza,

Llego a la certeza, que mi corazón

Hace tiempo, que dejó, de estar,

Por lo menos, en mi costado izquierdo

Donde lo tenía, a la vista

Donde olía, su sabor a sal.

Donde se movía, a ratos, hasta mal.

Aquel hueco, lo ocupa ahora, el hastió, la soledad.

En su tránsito más oscuro,

En el tránsito, de no saber, hacia dónde vas.

Y ahora en el intento, de quien va a ocupar su lugar

Dando vueltas a la Naturaleza,

Casi elijo, que si no tienes que estar.

Dejar el hueco vacío, lleno de arena y cal.

Poema. Naufragio.

Naufragio.

De aquel naufragio,

Me quedé, en la isla prisionera.

Dando vueltas, en mi jaula,

Tropezando mis alas,

Entre las tinieblas,

Como barrotes, prisioneros de mi alma,

Como carcelero, con su guadaña,

Clavados sus ojos, en mi cara,

Mi cara, perdida, seguramente mirando hacia la nada.

Mi carcelero, me prestó sus llaves,

Pero, ni cerradura, tenía mi jaula.

Bastó una voz,

Para recordar, la miseria,

De ser, prisionera en casa,

El cuerpo atrincherado, en el miedo de la escarcha.

Andando, presiento la muerte

Le pondré nombre,

Para presentarme decentemente

Y desterrarme, de esta mi jaula.

Poema. Me acuerdo.

Me acuerdo.

Me acuerdo,

Del tacto de tus manos,

De tus manos, aunque no tuviera su tacto.

Del sabor, de tus labios,

Aunque, no alcanzara a besarlos.

De tu mirada,

Aunque no viera, tus ojos azulados.

De tu perfume,

Aunque, todo me huela a tierra húmeda,

Húmeda, de mis lágrimas.

Me acuerdo, de mis lágrimas,

Tan solo, agua salada,

Resbalando por mi alma,

Mi acuerdo de tu voz pausada,

Quizás, por la ausencia del habla.

Me acuerdo de los abrazos, sin brazos.

Del corazón helado, y de la muerte esperando.

Poema. No me importaba.

No me importaba.

Colocamos, los besos sobre la mesa.

Contándolos, como una partida de naipes.

Le dimos, la vuelta a la mesa,

Por si faltaba alguno.

Como dos avaros,

Sumando, lo que no era de ninguno

Y en otro tiempo, estaba unido.

El efecto, era el mismo,

Ninguno.

No me importaba, escuchar estupideces

Me preocupaba, que las tomaras en serio.

No me importaba, que se marchitaran las flores

Me horrorizaba, que no florecieran.

No me importaba, la muerte

Tenía miedo, a la vida injusta.

No me importaba ya, que no me beses

Lo que no quiero, es que se quede solo ese beso.

No me importaba no verte

Sabiendo que estás, me vale.

En fin, volvimos a dar la vuelta a la mesa

Para la siguiente partida de naipes.

Poema. Jiron.

Jirón.

A jirones el aire.

A jirones.

A jirones la piel.

A jirones.

Al viento, tirare los jirones,

Se los lleve, lejos.

Me quedaré, con tus besos,

Y de tus palabras, tus ecos.

A jirones, las flores,

Sobre tu cuerpo,

Encima, de tus senos.

Recordar del tiempo,

Sólo, sus sueños.

A jirones, voy corriendo,

Entre la niebla y el hielo,

Descalzo, pisando el suelo,

A jirones, tengo los dedos.

A jirones, te quiero.

A jirones, te deseo.

A jirones,

Quedó, mi corazón,

Cuando, no había nada cierto.

Poema. Aûn siendo carne muerta, amarâs.

Aún siendo carne muerta, amarás.

Todavía, palpitaba mi corazón,

Una vez realizada mi autopsia,

En su infinito afán, de no parar de amar.

Repartidos los miembros, sobre la mesa,

Intentando unirse, entre sonrisas.

Mi boca, buscaba un beso enorme,

Por aquellos, que dejamos olvidados, en el camino.

El olor a sangre, alimentaba mi hambre,

En una rabia, contenida de agua y sal.

Respiran mis pulmones, pero no me animo.

Expulso aire, como veneno escurridizo,

Que salpica, todos los rincones.

Todavía palpitaba mi corazón

Cuando vinieron con una sábana blanca.

Esconderán, mi cuerpo esparcido

Pero éste, todavía quiere amar.

Me sepultarán, bajo tierra y en tierra que yacer

Pero mi corazón, florecerá.

Me inundará el fuego, el día de las fieras,

Pero mi sangre, lo extinguirá.

Todavía palpitaba mi corazón

No oyes, acaso el tic-tac.

Poema. Imposible, impasible.

Imposible, Impasible.

Tengo que decirte, que estoy enamorada.

Estoy enamorada,

De un amor imposible.

Imposible,

Como la unión, entre la muerte y la vida.

Como el Sol y La Luna,

Cuando el uno, se esconde de la otra, a su salida.

Como las mareas, que se alejan de la arena.

Como el sabor a sal y azúcar, en tu boca.

Tengo que decirte, que no me importa.

Me recuerdan, mis años de niña,

El patio de mi Colegio y las risas.

Yo, jugando con mis rizos, dibujando tus sonrisas.

Tengo que decirte que existes y existo,

En la misma manera, que me enamoras

Y de la misma forma, que hace, que no te tenga.

Pero no me importa.

Que pase la lluvia,

Que se alejen las nubes,

O que vuelva la tormenta,

Mientras que tú, a mi me enamoras,

Ya utilizaré paraguas, chubasquero,

O prefiera mojarme a solas.

Tengo que decirte, que estoy enamorada

Y me parece todo luz, todo claro,

Aunque no te tenga.