Es primavera y
siguen cayendo aquellas hojas
que quedaron en
otoño, de hace dos años
y todavía quedan
copos de nieve
en algunos sueños
y quizás caliente
el Sol algún corazón de hielo
y mírame a la cara
y dime que no hay nada
que las burbujas
eran por el cava
y la botella se
quedó acostada.
Y es verdad que
en los días más tristes
las noches se hacen
largas
las mañanas también
y aunque tenga
mi corazón encerrado en una celda sin barrotes
y un carcelero
sin llave
sabe Usted que
puede venir a verme.
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