Me subí a tu
primer beso
y bajé en mi
último sueño
el error fue
creerte
y sin embargo
creerte al final me salvó
no sé bien de
que,
pero me salvó,
quizás de otros labios,
de aquellas
manos,
de esos brazos,
que fueron
barrotes en mi jaula.
Entiendo que si
me enamoré de ti,
fue gratis,
si tengo que partir,
no podré dejar peaje
y es que me sobra
aire,
para tan poco pecho
en el que me he convertido
y le estorba el
ruido a estos escasos oídos,
le molesta la luz,
a estos pobres ojos,
pero me sigue gustando
tu mirada
y al final marchitaremos
los labios de no utilizarlos.
Me bajé en el último
sueño,
no te quejes
he aguantado casi
hasta el final del viaje
y ha sido como
si acabara el mundo
después de cada
beso tuyo,
sin embargo todavía
tengo los pies en el suelo
para saber que
nunca fuimos uno.