Las aceras son
para pasear,
para bailar en
ellas,
para besarse
hasta que
llegue el sereno
y selle las
cerraduras con sus dedos,
para jugar los
niños
dibujando con
sus ojos
aquello que
las tizas no llegan,
para soñar
quien pueda,
para amar,
también quien pueda,
sepa Usted, me
que ofrezco voluntario, tengo el corazón abierto.
Las aceras no
necesariamente tienen que estar limpias
hemos pasado
tanto tiempo limpiando la casa
para luego
abandonarla,
que en ocasiones
me gusta ese desorden que tiene la vida.
Las aceras, sirven
para ponerte de rodillas
clavar los codos,
y chocar de bruces
con mi cara,
pero también para
levantarse
y comprobar que
el Cielo aun queda muy lejos,
y pensar que existen
todavía, muchos labios sin besos.
Las aceras son
mi asiento preferido.
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