miércoles, 31 de mayo de 2017

Entre dos versos, surgió la herida
sangraba
como brotan las fuentes de montaña
como corren los potros en la pradera
como lloran los niños,
cuando ya no encuentran la teta que amamanta sus sueños.
Entre dos rosas, fui golpeado
como hirieron a Góngora las violetas,
y son tanto interrogantes y tan pocas preguntas
como ninguna contestación y tantas exclamaciones.
Era como pasear y no andar,
quieto,
inmóvil,
la quietud de los cernícalos, buscando su presa
y la pieza asustada.
La felicidad en ocasiones consiste en un grano de arena
la tristeza
es aquella roca grande, férrea, consistente

que te lleva.

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