domingo, 23 de abril de 2017

Día de San Jorge, sin flor.



Lo que quede de este cadáver
entregárselo al enemigo
para que devore sus entrañas,
las exponga en público
o difame su existencia,
una vez perdida,
derrotada,
humillada el alma,
el cuerpo, ya no es nada.
 Entregárselo aun con la sangre caliente
y que sepa que su corazón amaba
a deshoras, si,
pero amaba,
a destiempo también,
pero latía.
Hasta que vino el ladrón de almas
con la boca llena de dientes
y las manos llenas.
Dicen que habla con alguien,
no lo sé, no me importa

lo único que sé, es que no habla conmigo.

sábado, 22 de abril de 2017

Te quedas fija en sus labios
como las más increíble equilibrista
y eres capaz de hacer estallar todos los nudos
con un solo movimiento
y entonces yo me derrumbo
como las hojas en Otoño,
lentamente, hacia tus sueños
y tus sueños. Se desvanecen entre mis manos
y despierto,
encerrado en una jaula, sin barrotes
intentando alcanzar tus labios
y ponerme a salvo.
Mientras tú mantienes tu boca abierta,
mis labios se cierran,
como se ciernen las nubes al Sol. Oscuridad,
y tener que leer en los ojos más alegres que conozco
y tener que mirar a través de los más tristes
y tener que oír las canciones más hermosas
y tocarme interpretar las más aburridas.
Tienes tú, en mí, el poder
de hacer desaparecer los botones
y romper cremalleras.

Bendito poder.

viernes, 21 de abril de 2017

Premonicion.

Dejando huecos, hasta en los mordiscos,
en los pulmones, abrasados de tanto llanto,
intentando dejar espacios hasta en el aliento
y también en los armarios y en los cajones
desempolvando el mucho polvo
y el poco recuerdo;
ahora me doy cuenta de las cosas inútiles
que guardábamos
y aquellas que no hemos sabido conservar.
Tomando distancia,
cambiando el blanco pálido de las paredes
por el azul cielo raso,
y todavía no he tocado fondo,
pero estoy tan abajo
que esto parece un abismo,
y necesito tantas cosas
pero desconozco su orden
y tú me miras
y yo, te envidio, porque te quedas,
con la complicidad del silencio de fondo,
pero yo, no me quejo, aún no,
quizás este mediodía
cuando las agujas del reloj se junten

y aprieten mi corazón.

domingo, 9 de abril de 2017

Nadie.

Nadie.
Nadie vendrá a rescatarme,
a buscarme.
Nadie llamará,
tampoco Nadie,
morderá mis labios,
acariciará mis sueños
ni tirará, un puñado de tierra
allá en mi fosa común,
Nadie.
Porque yo soy, al final, Nadie.
Nadie vendrá
a rescatarme de la barca de Caronte
ni leerá la sección de sucesos de la prensa
salvo para apoyar la taza de café.
Nadie recordará
mi callejón oscuro
aquel, que me quitó la vida
y me regaló el primer beso,
una noche de Luna.
Nadie reconstruirá mi rompecabezas,
con sus piezas
rotas, mojadas y viejas
y son tantas que desconozco su orden.
Nadie me quitará esta última copa,
salvo que el carmín rojo de tus labios,
se convierta en verde aceituna
y calme mi sed en tu boca.

Nadie.

jueves, 6 de abril de 2017

Ausencia.

Tengo tanta necesidad
y tanta ausencia,
que ya cambiamos una vez el mes de marzo del calendario
y lo hemos agotado
y enero es un mes muy frio para estar solo,
ahora que hemos decidido abandonar la casa
pretendes encalar las paredes
como si tuviéramos que borrar las historias colgadas,
como si no hubieran bastado los gritos para desprenderlas,
y ya lo sé que no había nadie,
yo era él, y el otro,
el beso,
y el sabor amargo del beso,
y tú eras la mujer de aquellos ojos
que invitaban a comprar la entrada del espectáculo
pero siempre leía el mismo cartel.
No quedan entradas.
Tenga tanta ausencia

y tan poco cuerpo donde esconderla.

lunes, 3 de abril de 2017

Y quisieran hablar mis ojos a los tuyos
para decirte
que la vida no siempre fue bella,
pero fue contigo,
y sin ti, da igual la hora
no hay muñeca, que pueda soportar el peso
de un reloj sin espera.
Y tan loco, como tan cuerdo
para no seguir de cerca tus pasos
para no mirar atrás
salvo que haya olvidado las manos,
porque al final La Muerte no debe ser tan mala,

cuando todo el mundo acude a ella.