Poema. El Suicidio de Inma.

El suicidio de Inma.

Contigo es tan fácil.

Caminar a tu lado,

Mirar tu sonrisa, dibujada en azul claro,

Respirar cerca de ti,

Amarte abrazados, entre brazos,

Pasear juntos, cogidos de la mano,

Soñar despiertos

Y despiertos, estar besándonos.

Contigo es tan fácil,

Ser feliz.

Dibujar con mis dedos en tus labios,

Colores plateados,

Como la brisa y la espuma del mar abrazados.

Contigo es tan fácil.

Que yo, sin ti

Seria ave. sin plumas

Y en solo pluma, he quedado.

Contigo era tan fácil

Pero qué pena

Hace tiempo elegiste, morir.

Poema. En cuarenta años.

En cuarenta años.

Siendo pequeños, escribíamos tequiero junto

Con el tiempo descubrimos, que se escribía separado

Pero nosotros, seguíamos escribiéndolo junto.

Junto, por estar juntos,

Para encontrar más cerca, nuestras manos,

Para recordar, nuestros labios salados,

Los ojos claros,

Y la humedad de tu cabello, un día nublado.

Juntos como los pupitres, de nuestra escuela,

Su olor a madera, a lápiz, el olor de la tiza,

El chirriar en la pizarra,

Y el vuelco de mi corazón, a tu mirada.

Como juntos, salíamos al patio,

Con los zapatos rotos, un almuerzo escaso,

Y las ganas de correr descalzos,

Para volver a casa entre risas y carcajadas.

Ahora hemos conjugado, tequiero

Y lo hemos dejado separado

En el olvido, en un cajón cerrado

No recordamos la escuela, ni su patio, ni el almuerzo escaso

Ni tu boca, tus besos, ni tus labios

Y el olor a humedad de tu pelo, esta olvidado.

Cuarenta años, sólo son años,

Y en ocasiones, mi corazón se acerca, a mi ventana

Para ver, como estos años pasan, y ya no estás a mi lado.

Poema. En aire, te has quedado.

Si este viento que me azota

Es el aire húmedo de tus besos

O esa acaricia de tus labios, fríos del invierno

O el perfume, de mis sueños enjaulados, en jaulas sin cerrajero

Si este aire, que te fuiste volando

En sólo aire, has quedado

Como recuerdo de los años

Como antes, de que existiera la palabra amor

Te llamaba por tu nombre,

Te recordaba,

Te susurraba lentamente,

Como aire en mi costado.

Si este viento que me azota,

Me acercara a tu cara,

Me alejara de mi casa,

Lo cogería en bolsitas de color  plata,

Para soltarlo en los días tristes de  nostalgia.

Si este viento que me azota,

 Fuera capaz de traerte, otra vez a mi cama

Dejaría la ventana abierta,

O tal vez, no construiría más ventanas

Ni puertas, ni cerraduras, ni tejado, ni casa

Porque te estaría esperando, solo con mis manos.

Sentado en los escalones, que siendo pequeños saltábamos.

Poema. Caminito de escamas.

Caminito de escamas.

Si tuviera branquias,

Para respirar en mi mar de lágrimas

Y tuviera escamas,

Para formar, un caminito de color plata

Y poder  recorrer nuestra última cita a ciegas,

Donde todavía me dura, el temblor en las piernas,

El sudor de las manos,

El trago de saliva, arañando mi estómago,

Los ojos en blanco orbitando,

El miedo a descubrir tu cuerpo,

Y que nos descubran juntos y abrazados,

Abrazados, al imposible

Color plateado del caminito de escamas.

Si tuviera todo eso,

Posiblemente, no estaría tan cerca, de tu boca, tu cara, y no tendría escamas. 

Poema. A mi viejo profesor de escuela.

A mi viejo profesor de escuela.

Mírenme en este cuerpo,

En esta voz desgastada,

En estas manos arrugadas,

De la tiza y su pizarra

Y en mis ojos, que apenas alcanzan,

A distinguir de la última fila, sus caras.

Aquí, les he dejado mis años

Y a mí, me han dado su esperanza.

Mírenme en este cuerpo,

Ya no dará más lecciones, ni entrará en más batallas.

Sólo quiero, levantar la mirada

Y ver, como Ustedes, ya solos andan

Y ser capaces Ustedes, de coger la tiza y su pizarra.

Y recuerden, si en algún momento

Dudan, cual es la solución exacta

Miran arriba, muy arriba

Acuérdense de esta cara arrugada

Y elijan siempre la verdad, a la mentira

La honradez, a la desfachatez

Y el amor, siempre que puedan.

Poema. 90 otoños.

90 otoños.

Si el otoño, ha de venir, prefiero estar despierto

Iré preparando mi cuerpo

Para las caídas de las hojas y de los sueños

Tendré que mudar, hasta los besos

Y tendré que anaranjar los miedos

De ver pasar los años

Y contemplar, que cada vez estamos más solos.

Si el color ocre, impregnara el aire

Y el frio, colorea mi jardín

Iré preparando mi cuerpo

Y si este otoño, tiene que venir

Y si tiene que ser, el último

Lo mejor será, que lo pasemos juntos.

Podríamos recorrerlo, cogidos de las manos

Mirando yo, tú cabello

Y tú sonriendo,

Recordando a los niños corriendo

Y ahora recordar, que estamos solos.

Pero yo, en este juego,

Buscaré de tu boca, un beso.

Y en tus ojos, encontraré mis sueños.

Poema. Soy un hombre de Pueblo.

De que están hechos tus besos,

Que me saben a Pueblo viejo,

A calles húmedas

Y a hielo.

Quizás, porque mi primer beso

Se quedó, en un Pueblo,

Con olor a humo,

Calles heladas y estrechas,

Donde los balcones, abrazaban la escarcha.

Quien encontrara, aquel beso.

Tal vez, todavía, dure el dibujo en tu cara

Y yo, soy incapaz de mirarla.

Poema. Estado versus cuerpo.

Mi estado natural, es estado sólido

El tuyo, burbuja surcando mi riego sanguíneo

Y en ocasiones, como fuegos de artificio

Explotar y convertir mi cuerpo en líquido,

Para sumergirlo, en mis lágrimas y mimos.

Otras veces, acudo al estado de la embriaguez

Embriagado de aquellas burbujas, que aún, se quedan en mis arterias.

Pero los objetos, se pudren

Aunque vengas tú, y los acaricies.

Las flores se marchitan,

Porque es un proceso natural.

Igual que los besos terminan,

Las lágrimas se secan

Y los ojos al final se cierran.

Las cosas se transforman, las palabras quedan

Y en mi memoria suenan, más intensas

Y de los recuerdos, aún te acuerdas.

Casi prefiero el estado gaseoso, e irme silencioso, despacio, sin ruido.

Poema. Si tu te vas.

Si tú te vas,

No es que yo, me quede solo,

Si no, que no me sustento, no me mantengo,

No me encuentro,

No distingo la luz clara,

Que atormenta mi desierto,

No amanezco en sus oasis, con tus besos.

Si tú te vas,

Yo muero.

Pero lentamente,

Como el atardecer  de los bosques rojos,

Como la Luna, desciende del cielo.

 Si nos tenemos que olvidar, nos olvidaremos

Pero no es que, yo me voy y tú te quedes

Si no simplemente, no estaré viéndote

Como se mecen tus cabellos, entre mis dedos

Como cruzan mis manos, tus huesos

Como perfumo con mi aliento, tu cuello

Si tú te vas

Miraré, siempre allá, a lo lejos.