Querido amigo:
Debe hacer
frio ahí abajo, donde reposan tus huesos
aquí arriba,
el frio
es, por tu
silencio.
Ya hemos
comprobado que el miedo no es a los muertos,
es a no poder
despertar del sueño,
aquí nos
acompaña tu canción preferida
aquella copa
que nunca fue de más,
ahí ya tienes
la tierra por alimento,
ahí puede que
ya no seas nadie,
pero aquí
arriba, en ocasiones, tampoco somos nada,
la diferencia
es que nos agita el viento.
Ahora tú
tienes la certeza que tus besos no alcanzaran mis labios
y yo tengo la
necesidad que mis labios reciban besos,
igual que gira
La Tierra,
así se mueven
los cuerpos, la inercia del movimiento.
Ahora hemos cambiado
de casa,
los viejos muebles
los están reciclando,
tal vez, para hacer
más cajas para nuestros muertos,
ya lo sé, que a
ti te da igual, elegiste el fuego.
Querido amigo,
seguiremos hablando,
pero te aseguro
que volveré el próximo Enero.
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