Nos queda decirnos adiós,
cuando todavía
no hemos dicho hola
y es que hemos
convertido los relojes
en largas
esperas
y ahora como
puedo acercarme a ti
si ya una vez,
me fui en silencio
y qué fácil
resulta, dar tantas vueltas
para no ir a
ningún sitio.
Nos queda el
sonido de los corazones
y el silencio
de nuestros labios
y ningún sueño
que dibujé
se quedó en
papel,
nos faltaron
desayunos
y nos sobraron
cenas.
Nos queda
pintarnos los labios
cuando tu boca
se quede quieta
y mis manos se
encuentren cerca
y explicarte
donde estaba,
mientras tú
aguantabas lo poco que quedó en casa
y como vuelvo
sobre mis pasos
si donde pisé
antes, solo quedaron huecos.
Nos queda
pedir perdón,
para luego
decirnos hola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario