Soy el primer
apretón de manos
entre un
espermatozoide y un óvulo
que no habían
mantenido una conversación previa,
no soy más,
bueno, podría
ser un mueble
o tal vez lo
sea.
De la misma
manera que conozco gente
que ha
sobrevivido o apenas mantiene un rasguño
al ser
atropellado por sus propias palabras,
yo dibujo un acento mal colocado
y de repente
merodean las hienas,
pienso que hay
vidas, cuerpos
que solo
sirven para las estadísticas,
aunque ni
siquiera ellos lo sepan,
forman parte
de esa fórmula matemática
que no es
natural,
pero hay que
cuadrar las cuentas
y es que
existen los días
que te
acuerdas de todo
y también los
días
que todo te
parece nuevo,
solo queda por
consumir dos adverbios
cómo y cuándo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario