miércoles, 26 de marzo de 2014

Fragmento de la Novela, en la que estamos trabajando.

El Nuncio de puerta mantenía el orden. Tenía sus grandes manos apoyadas entre dos cerraduras y sellaba toda posibilidad de entrada o salida. La sesión había comenzado sobre las seis de la mañana, los miembros eran puntuales en exceso, presentes todos ellos durante media hora antes de la cita. El Nuncio en su acometido tenía dos funciones la primera, impedir el paso a toda persona ajeno a la Escuela y la segunda evitar el  abandono precipitado y antes de tiempo de algunos de sus miembros, por cualquier causa que fuera.
Moisés, acudían regularmente a las sesiones que la Comisión de Ancianos anunciaba conforme al reglamento y a las denominadas sesiones de expiación voluntaria.

La sesión había comenzado. Todos los presentes portaban una capa negra y una mascara que cubría perfectamente la cabeza, de tal forma que no se podía comprobar, ni el color, ni tamaño del pelo. Se reunieron alrededor de un cráneo humano y una espiga de trigo o presumiblemente parecía trigo, luego con posterioridad comprobé que era cebada, muy abundante por las tierras de esta zona. Formaban un circulo, no muy perfecto y entonaban unos cantos con sonidos muy evidentes, repetían constantemente “Cristo enséñanos tus caminos para el fortalecimiento de esta escuela”, hacían alusión a cualquier otra manifestación y repetían constantemente la misma frase”cristo enséñanos tus caminos para el fortalecimiento de esta escuela”…………….. 

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