domingo, 18 de diciembre de 2016

Y tú, que eres un experto en barra de bares,
tienes mi pecho entero al descubierto
para apoyar tu cigarrillo
y aquel vaso de vino envenenado,
por el carmín de otros labios.
Y tú, que tienes pasaporte abierto
para vivir cualquier sueño,
pretendes quedarte sin dormir todas las noches,
para no aparecer yo, en tus sueños.
Y tú, que mantienes un beso mío
desde el momento que te lo di,
no pretendo recuperarlo
ya decidiremos como repartimos el resto del ajuar doméstico.
Porque una vez nos podemos morir
y puede no pasar nada,

pero dos veces ya es imposible.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Eres la niña de los ojos tristes
buscando a su madre en las fotos de antes,
la que huele su ropa y perfume,
y robaste el carmín preferido de sus labios
para dibujar corazones en el aire.
Eres la niña,
de los bailes del patio del colegio
sin pareja,
el esperar a las cinco para no venir nadie.
Eres la niña
de los juegos de mesa, sin mesa
durmiendo con un trozo de tela entre las manos.
Eres la niña
que acompaña a la abuela
a visitar a su Virgen devota.
Eres la niña de la falda rota
sin manos que la cosan,
donde las chuches ya no saben a fresa,
la que come y cena
mirando que algo falta en la mesa.
Eres la niña de mis sueños
y mis sorpresas,
por eso te prometo que nunca estaras sola.
Eres la niña que mientras yo me oxido
tu me salvas.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Una mañana y un café con leche.


Nos sentamos para hablar de nosotros
y te trajeron un café con leche,
nos quejábamos de falta de comunicación
y querías leer la prensa,
teníamos la sensación que faltaba algo
y te trajeron unas tostadas,
te comenté que los años pasan factura
y el camarero, te trajo  más azúcar,
empecé a decirte que el amor se desvanece
y tú decías que la leche estaba poco caliente,
te dije me voy
y te quitaste la chaqueta,
pediste la cuenta, sacaste la tarjeta de crédito y
con una sola firma,
dictaste dos sentencias.

Esta noche no te pintaré los labios.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Aquel o este hombre.


Aquel hombre era pobre de solemnidad
pero en realidad,
tenía la solemnidad de un pobre,
las manos con las arrugas perfectas,
los mejores agujeros en la camisa,
aquel cabello
que tenía justificadas las ausencias de un buen peluquero,
los mismos pantalones pasaban juntos, verano e invierno,
la piel que no había recibido
la visita de una ducha caliente
en estos tiempos de revuelta,
escasos dientes, para tanta boca
y poco pan, para tanta hambre.
Esas uñas, capaces de cavar en la tierra más dura
y más estéril,
en busca de algún tubérculo llamado igualdad.
Aquel hombre alguna vez no fue pobre,

pero siempre fue hombre. 

jueves, 1 de diciembre de 2016

Diciembre es así.


Seré tu contrapunto que precede
al cambio de tu sístole a diástole,
el blanco de tus ojos
cuando empiecen a teñirse de rojo,
la sed que augura el primer trago
y aquel humo que nunca salió del cigarrillo
y se quedó colgado en el techo del mundo
y no me importaba volver a pintar las paredes
de las habitaciones,
me entristecía que volvieran a quedarse vacías.
Y es que cuando mis besos no fueron suficiente amarre
y recurriste al abordaje de un velero en mar tranquilo,
yo quedé varado en aquella playa
con escasa agua,
demasiada brisa,
y escaso de equipaje
intentando buscar aquel tesoro del pirata bucanero
que todas las noches jugaba en mi sueño.

Aquel tesoro, fueron tus ojos.