martes, 17 de noviembre de 2015

La violencia no es de género, es de derechos.


Tienes en tus manos, la dirección de mi destino
girar a izquierda, o derecha, es tan sencillo, como indicarlo con tu dedo,
mover tu cabeza,
señalarlo con tus labios,
o un movimiento de tu boca.
Tengo el corazón quieto en su jaula de costillas
cuando aprietan se queja y bombea al viento.
Tienes la dirección de mi universo
como el agricultor que clava su pico en la tierra,
o el minero que construye cuevas,
se cree capaz de mover  La Tierra,
tú, haces lo mismo en mi cuerpo, con mi piel
sin apenas movimiento, ni aire que muevas.
Pero, NO, no es así, está sólo en tu creencia,
soy una mujer sin adoctrinar, salvo mi doctrina,
tengo mi libertad por adopción o nacimiento,
mis defensas intactas por el tiempo,
mis besos libres, como el viento,
sin dueños que con su espada los atraviesa,
porque mi género lo determinó un cromosoma,
mi derecho, lo estableció la Ley,
porque mi genero,
puedo cambiarlo, disfrazarlo, engañarlo, disimularlo
mi derecho, es en cambio inamovible,
porque pertenezco a la Naturaleza
y me acuesto todas las noches con la Libertad
y entre ambas ya decidimos como me levanto
y elegimos nuestras direcciones,
 si no está la tuya,

déjalo, no insistas el cartero, no irá.

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