sábado, 29 de marzo de 2014


Poema      Desayuno

Vengo a untar, mi mejilla en tu cara
A perfumar, mi cuerpo en tu alma
A beber, las lágrimas de tu cara.
Vengo a desayunar contigo, la mañana,
A vivir el día, en su inicio, en tu alba.
Traigo para desayunar, sólo las ganas
Por eso vengo a cuerpo descubierto
Para ver el amanecer, de tus ojos rojos
El atardecer, en tus manos roto
El anochecer, de los sueños locos.
Vengo a desayunarte entera
Desbordado mi caudal sanguíneo de sus arterias
Fuera de control en sí, mi cabeza
Vengo expuesto, casi a una guerra
Pero las sabanas blancas de tu cama
Apagaran en señal de rendición, nuestra hoguera.
Una vez concluida la tregua
Dejaremos a nuestra ilusión
Que elija destino, parada, venta y carretera.


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