Poema Desayuno
Vengo
a untar, mi mejilla en tu cara
A
perfumar, mi cuerpo en tu alma
A
beber, las lágrimas de tu cara.
Vengo
a desayunar contigo, la mañana,
A
vivir el día, en su inicio, en tu alba.
Traigo
para desayunar, sólo las ganas
Por
eso vengo a cuerpo descubierto
Para
ver el amanecer, de tus ojos rojos
El
atardecer, en tus manos roto
El
anochecer, de los sueños locos.
Vengo
a desayunarte entera
Desbordado
mi caudal sanguíneo de sus arterias
Fuera
de control en sí, mi cabeza
Vengo
expuesto, casi a una guerra
Pero
las sabanas blancas de tu cama
Apagaran
en señal de rendición, nuestra hoguera.
Una
vez concluida la tregua
Dejaremos
a nuestra ilusión
Que
elija destino, parada, venta y carretera.
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