Si ya no queda amor,
recogeremos los platos,
doblaremos las sábanas, sin necesidad de
plancharlas,
repartiremos las deudas
y nos quedaremos con las pérdidas,
dejaremos la cama,
por si algún día, el beso con sexo,
nos vuelve a mirar a la cara.
Si no hay amor,
no utilices tu varita mágica,
sigue siendo aquella Princesa
y disfruta de tu Reino.
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