Me miran tus
ojos,
Para
desnudarme entera.
A qué esperas,
Para
abalanzarte, sobre mí,
Devorarme,
igual que cae el agua, en la arena.
Una vez, hayas
terminado con mi cuerpo,
Déjame que
duerma,
Quizás, si
mañana tu mirada, es sincera,
Puedas
quitarme otra vez, la ropa
Y volver a devorarme,
Como los
gusanos, se convierten en seda
O quizás te
deje en crisálida eterna,
Quieto,
inmóvil, en manos de las fieras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario