miércoles, 14 de mayo de 2014

Poema: Extracto de Antologia.

102. Respiro, porque te amo.

No tengo ganas de respirar
Y sin embargo, respiro.
Porque es innato, voluntario,
Automático, sin esfuerzo, sin motivación.
Te amo, por la misma razón o causa.
Por el mismo sentido,
Por el mismo lado,
Por el mismo costado,
Por las mañanas,
Por las noches,
Con la lluvia,
Con la nieve,
Con el viento,
Con el frio,
Con el calor,
Con los ojos,
Con la boca,
Con el corazón,
Con las manos,
Con los dedos,
Con todo aquello que imagino,
Con todo aquello que pienso, que existe
Inclusive hasta en lo que invente.
Respiro, porque te amo.






103. Mi escuela.

Ojalá volvieran a mi recuerdo,
Los olores del patio de mi escuela.
Las caras, de los que éramos, pequeños niños
Los grandes cuerpos, de nuestros maestros,
Nosotros luchando contra molinos de viento.
Ojalá volvieran a mi recuerdo,
Los años niños y los años viejos,
Para jugar entre ellos, las tardes de invierno
Sorteando el tiempo, la amistad y el miedo
Y con un aire rápido, frio, levantar la mirada y ver el cielo.
Ojalá volvieran, despacio, lo sueños
De los recreos cortos, los almuerzos escasos y
Los balones en medio, de las gomas de juego.
Ojalá volvieran,
El olor de la cola, en los libros de texto
Las ralladuras de goma,
Los lápices mordidos,
Y los borrones, como parte de los libros
Ojalá volvieran,
Los amigos que ya no salieron de mi escuela.


104.  Silencio.

El silencio, calmó mi ansiedad.
Relajó mis músculos, y no sólo, el habla.
Acarició mi corazón, con las nubes bajas                 
Limpió la lluvia, mi cara.
Este silencio, puso tregua a las palabras.
Las dejó dormidas, entre mis labios,
Esperando un beso tuyo, para rescatarlas.
Este silencio dejó, el lago helado
Para intentar cruzarlo despacio.
Este silencio, duró mucho, se hizo largo
Dejando sus huellas por allá, donde iba caminando. 
105. Que necesitan mis años?.   

¿Necesitas, escuchar un te quiero de mi boca?
¿Tengo que escribirte, unas letras?
No lo sientes, en mi cuerpo
No se aprecia, en mi cara
En el color, de mis ojos,
En el olor, de mi piel,
En el aire, que nos transpira,
En las luces, que nos ilumina,
En mis suspiros, cuando respiras,
En mis risas, cuando me miras,
En mis silencios, cuando dormitas,
En mi piel, que se eriza, a tu paso despacio,
En mis labios, cerrados a tus sueños,
En mi boca, abierta, ante la tuya.
Tienes que verlo más claro.
No lo ves reflejado en el espejo,
En el pasillo de la casa, cuando juego
En la cocina, entre las ollas y el fuego.
Acaso en la cama, cuando desnuda me acerco
A tu oído abierto y te susurro hasta luego
Y tú, imperceptible contestas:
 –me duermo.
Acaso no te seducen de mí ya, los años
Y yo, sigo siendo adolescente, entre humeantes cuerpos humanos,
Rescatados de las cenizas, de nuestros volcanes eternos.
Necesitas, algún imaginario destello.
Yo, no necesito nada, sólo mi viejo cuerpo
Y mi nuevo, cerebro.






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