jueves, 8 de junio de 2017

Una mirada al mar, es un golpe de suerte
luchar contra las olas,
un ejercicio de supervivencia,
aún teniendo lo pies en el aire,
la sal me aferra a la tierra.
Una mirada al mar
es ser niño otra vez, hacer castillos de arena,
jugar con la espuma en la orilla,
desnudos como empezó la vida
o vestidos como en ocasiones termina.
Mirando al mar  me dijiste,
tengo cena para uno,
cama para dos
y besos para tres
y el orden ya está establecido.
Mirando al mar,
el Sol se acuesta a lo lejos,
como el borracho en la barra de su taberna,
se queda suspendido de los sueños.
Donde terminaría la tierra sin mar,
acaso cerca de tus labios

buscando el sabor a sal.

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