Una mirada al mar,
es un golpe de suerte
luchar contra las
olas,
un ejercicio de
supervivencia,
aún teniendo lo
pies en el aire,
la sal me aferra
a la tierra.
Una mirada al mar
es ser niño otra
vez, hacer castillos de arena,
jugar con la espuma
en la orilla,
desnudos como empezó
la vida
o vestidos como
en ocasiones termina.
Mirando al mar
me dijiste,
tengo cena para
uno,
cama para dos
y besos para tres
y el orden ya está
establecido.
Mirando al mar,
el Sol se acuesta
a lo lejos,
como el borracho
en la barra de su taberna,
se queda suspendido
de los sueños.
Donde terminaría
la tierra sin mar,
acaso cerca de
tus labios
buscando el sabor
a sal.
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