La suerte en
ocasiones, consiste
en no tener
que hacer un esfuerzo para recordar mí nombre,
en un pídeme
algo y que pueda dártelo,
en un querer
hacer y no tener que hacerlo,
en poder tener
lágrimas, en lugar de recogerlas,
en abrir los
cajones buscando soluciones
y no
encontrarte los problemas.
La suerte en
ocasiones
es no tener
que fotocopiar a besos tus viejas fotos,
no buscar tu
perfume en aquellos armarios,
si no en tus
manos.
La suerte es
un beso que sale torcido de tus labios
y aparece
recto en los míos
o aquel
viento,
o rayo de luz,
que hoy, no me
correspondía, pero me ha tocado.
La suerte es poder
estar de pie, aún soñando
o poder soñar aún
estando andando,
quien sabe en realidad
donde reparten la suerte,
y en qué consiste,
si no te quedan
ojos para observarla.
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