Apenas queda
oxigeno en esta Ciudad,
para los que
quedamos,
siempre existe
la posibilidad de escapar,
de salir
corriendo,
hacia donde?,
si yo, lo que
deseo es poder cruzar los puentes
que separan mi
cuerpo del tuyo,
escalar debajo
de las sábanas,
tus montañas,
en invierno
y quedarme
escondido en esa cueva que llama amor
y yo, siempre
confundo, con un precipicio.
Lo mismo que
te vas, te escapas,
te escondes y
yo espero cada mañana,
con las manos
abiertas y los ojos hundidos en la nada.
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