Hace tiempo que
me siento a escuchar mi silencio
y de mi silencio,
su eco
y del eco, el
recuerdo de tus besos.
Hace tiempo
que en los
cuentos ya no hay lobos
y Caperucita, tampoco
se viste de rojo,
ella fue, quien
mudó mi piel en invierno
al abrigo de una
sonrisa de sus ojos.
Hace tiempo
pusimos el cartel,
todos los días abiertos
ahora el cartel,
lo silenció el tiempo.
Hace tiempo,
que cada vez,
queda menos tiempo
y la manecilla del
reloj, inexorable como siempre
golpea mi cabeza,
para su recuerdo.
Hace tiempo, hubo
otro tiempo,
otros sueños,
otros besos,
otros miedos,
ahora los
amontono en la hoguera de los cuentos.
Ahora cuento de tus
manos, tus dedos
como el calendario,
cuando éramos pequeños.
Ahora tengo la pausa
de los extraños
y la soledad de los
cuerdos,
ahora que vienes y
vas,
que te acercas y te
alejas,
con la misma mirada,
mirando el cielo.
Ahora el tiempo nos
tiene cautivos
pero tú, no te vas,
estás permanente en
aquellas estrellas de invierno.
Hace tiempo que me siento a escuchar mi
silencio
y a ratos, sólo a
ratos, su eco.
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