Existe la
realidad de la muerte
Y existe la certeza,
del nacimiento.
Todo lo que
hay, en medio,
Se mueve con
la rapidez, del viento,
Con la
intensidad, del balbuceo de un niño
Y con la forma,
que dibujan nuestros sueños.
Entre esos dos
instantes.
Entre esos dos
puntos, en el infinito firmamento,
Miro, en mi
espejo,
Para saber, lo
que sufren, tus lágrimas,
Cuando
limpiando, tus ojos,
Todavía, veo
su reflejo,
Y por doler,
le hace daño, al espejo.
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