Aprendí a
volar,
Entre tus
manos,
Los días,
donde las tardes eran claras
Y los besos
escasos.
Recorrí tus
alas,
Buscando mi
camuflaje,
Para intentar
robarte,
Un trozo de
carmín, de tu carne,
Y jugar con
él, haciendo figuritas en el aire.
Aprendí a
escuchar,
El sonido de
tu corazón,
Los días de
tormenta,
Para liberarme,
del miedo de los rayos.
Aprendí
contigo a soñar,
Y me aprendí,
de memoria tus sueños,
Como si fuera,
la misma historia en común
Y escrita, en
el mismo diario.
Aprendí a
llorar, al ver tus lágrimas,
Resbalar por
tu cara,
Buscando una
salida, sin señales,
Al final, resultó
ser un largo viaje, con peaje.
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