A
que saben, tus besos.
Me obsesioné, en averiguar,
El sabor, de tus besos,
Y perdí, mis labios, mi boca,
Y hasta mis besos,
Dejándolos olvidados, quizás en el suelo.
Por ello,
Recorrí, hace tiempo, todo tu cuerpo.
Al llegar al final, llegó el abismo
Y pensando, en lanzarme o mantener el equilibrio,
Opté, por volver a recorrer, otra vez tu cuerpo,
Para poner las cosas, en su sitio.
Pero aquel sitio, ya no era el mismo.
Ya no teníamos nada,
Ni habla,
Ni mirada,
Ni cama,
Y las manos vacías, abrazaban el alba,
Esa alba, que esta mañana,
Abría la ventana,
Dando entrada, aquel abismo
Que encontré,
Para averiguar el sabor de tus besos.
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