En
este mundo, y en estos precipicios.
Cogí mi escalerita de plata.
Echa de tantos peldaños, como años.
Para subir a lo alto de tu cara,
En busca del precipicio,
Tal vez, me detenga en tu boca,
O me quede colgado en tus labios,
Quizás me recojas con las manos,
Siendo afortunado, navegaría en tu mar de lágrimas
heladas,
O desfallezca, entre los pliegues de tu cuerpo
alado.
Si fuera capaz de llegar a tus piernas
Y tener ya el suelo más cercano, estaría salvado.
Busqué tu precipicio,
Como amante desesperado,
Como agua que desciende del monte helado,
Sin control, con bravura y alterado,
Para intentar aliviar mi sed, en tus labios
Para alimentarme, con tu corazón en mis manos.
Para reposar, mi cabeza en tu hombro
Y evitar del precipicio, su fracaso.
Busqué, pero como siempre estaba equivocado,
Lo tenía tan cerca, a mí lado, me pasó desapercibido
Mientras yo estaba soñando.
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